viernes, 12 de agosto de 2011

CRITERIOS DE UN AMIGO

  1. BUSCA Y SE DEJA ENCONTRAR (Jn.1,35-39).  Jesucristo busca amigos, busca un grupo para brindarle su amistad.  Además se deja encontrar por los discípulos del Bautista, los hace sus amigos y sus testigos.

  1. LLAMA (Mc.3,13).  La amistad de Jesús es Trascendente y las decisiones importantes las tomaba en comunión con su Padre.  Antes de elegir sus amigos, oró por ellos, los busca, los llama para que estén con él y para enviarlos luego a hacer amigos para Dios.

  1. ESTA AHÍ (Jn.11,28).  La amistad exige permanencia y presencia.  Jesucristo está siempre allí esperando y esperándonos… “El Maestro está ahí y te llama”.
  1. LEAL (Mt.26,50).  La amistad exige fidelidad y lealtad.  Jesucristo nos enseña el verdadero valor de la amistad porque hasta el final fue siempre amigo, nunca se arrepintió de ser amigo y aún hasta en el momento de su pasión y agonía tuvo esta palabra en sus labios “AMIGO”.

  1. SERVIDOR (Lc.22,27b).  Con frecuencia escuchamos “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.  Jesucristo no nos pide nada que no haya cumplido, por eso en la amistad debe primar siempre el servicio como característica y traje de presentación.  El Maestro nos ha dejado su ejemplo, dice San Pedro, para que sigamos sus huellas (1 Pd.2,21).

  1. ACUDE, FRECUENTA A SUS AMIGOS (Jn.11,1; Lc.10,38-42).  La amistad exige el cultivarla puesto que es Don de Dios.  Una de las maneras para esto es el de la presencia física y el trato frecuente.  No es absorber al otro y ahogarlo, sino la permanencia y disposición para acudir en ayuda del amigo.  Jesucristo acudía con frecuencia donde sus amigos “para descansar”.

  1. COMPARTE (Mt.26,18; Lc.9,14-17; Jn.2,1-12).  Le llaman y acusan de bebedor, comilón y borracho.  Jesús compartía con sus amigos cuanto era y tenía y les enseñó a compartir en todo momento “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt.10,8).

  1. PIDE FAVORES (Lc.5,1; Jn.4,7).  En la amistad no puede existir la autosuficiencia ni el orgullo, estos son obstáculos para una verdadera amistad.  Jesucristo supo contar con todos, supo pedir favores y lograr así una verdadera transformación de vida en sus seguidores.
  1. SIEMPRE ESTA PRESENTE EN LOS MOMENTOS DIFICILES (Mc.5,21-43; Lc.7,11-17).  Dice Quevedo:  “El amigo ha de ser como la sangre que acude a la herida sin esperar a que se le llame”.  Jesús siempre estuvo y está presente en los momentos más difíciles.

  1. ACONSEJA (Mt.7,15; Lc.11,33-35).  El amigo debe preocuparse siempre por el bienestar del amigo y de todos.  El consejo es un don del Espíritu Santo y por eso tanto la amistad como el consejo han de ser agradecidos y pedidos en la oración para ser siempre ese punto de apoyo.

  1. TRATA COMO IGUALES (Jn.15,13-15).  En la amistad no puede haber categorías porque el “amor busca semejantes o nos hace semejantes”.  De igual manera, la amistad se da entre pares (parecidos).  Jesucristo trasciende esta realidad cuando dice a sus discípulos “los llamo amigos”.
  1. LA SENCILLEZ Y LA HUMILDAD (Mt.11,25-27; Lc.17,7-10).  Dice el Qoh.7,29:  “Dios hizo sencillo al hombre pero él se complicó con muchas razones”.  La vida como don de Dios y todos sus atuendos se nos ha dado para la felicidad.  Por eso la sencillez de vida, la humildad y la transparencia deben llenar y marcar el ritmo a toda nuestra amistad.  Jesucristo agradece a Dios la sencillez de los discípulos y les enseña e invita a que aprendan de su humildad.

  1. ALEGRÍA (Lc.15, 6.9.23.32).  Debe hacer parte de toda nuestra vida.  La alegría es fruto del Espíritu Santo, es así como San Pablo le repite a los Filipenses “Estén alegres en el Señor” (Flp.4,4) y el Deuteronomio nos llama a vivir en la alegría de Dios.  Jesús permaneció alegre en el servicio, en el amor, en la amistad…

  1. SOLIDARIO (Mt. 14,18; 15,32-38).  Jesucristo se solidarizó con todos los hombres pues asumió nuestra condición humana (Flp.2,6-11).  Además nos enseñó el verdadero sentido que tiene este valor.  Solidaridad es sentir la necesidad del otro como la mía, de igual manera la amistad me debe llevar a sentir la alegría, el sufrimiento, el gozo… todo lo del otro como mío propio en virtud del mandato de Cristo “denles ustedes de comer”.

  1. FAMILIARIDAD (Mt.12,49).  La amistad amplía el círculo familiar.  Por eso se dice “un amigo será siempre un hermano, aunque un hermano no sea siempre un amigo”.  Ser amigo es ser familia.  Allí está el reto.  El amigo es “otro yo”.

  1. TRANSPARENTE, CLARO Y SINCERO (Mt.16,24-28; Mc.8,34-38; Lc.9,23; 9,57-62).  La amistad debe cimentarse siempre en la transparencia y sinceridad.  Jesucristo les hablaba claramente a los discípulos acerca de las exigencias que tienen el ser su seguidor.  Ser discípulo, ser cristiano, ser amigo de Jesús es un honor que cuesta… renuncia, trabajo, esfuerzo, dedicación, etc.
  1. INSPIRA SEGURIDAD Y CONFIANZA (Mt.17,7; 14,27-32).  El amigo es puerto seguro contra toda turbulencia y tormenta.  La presencia y amistad de Jesús inspira siempre confianza y seguridad.  La amistad debe rodearse de todos estos valores para tratar de asemejarse a la amistad de Cristo.  “Animo, no tengan miedo”.  Estas palabras del Evangelio, constantemente han sido repetidas por el Papa Juan Pablo II y las asumió al inicio de su pontificado.  También el Papa se las repetía a los jóvenes cubanos invitándoles a seguir a Cristo y a ser fermento de amor y paz, de confianza y perseverancia en el mundo de hoy.

  1. ENSEÑA, DA TESTIMONIO (Mt.7,7).  Jesús todo cuanto enseñó lo cumplió.  Se enseña más y mejor con la vida.  Pablo VI decía que “el mundo de hoy le cree más a los testigos que a los maestros y si cree a los maestros es porque ellos son también testigos”.  Jesucristo hizo de su vida y su amistad una verdadera enseñanza del amor.

  1. AMABA (Mc.10,21; Jn.13,1).  El amor ha de ser el distintivo del cristiano (Jn.13,35).  Jesucristo amó en toda ocasión; aún sufriendo nos enseñó a amar y a perdonar.  El amor al prójimo y a Dios como a sí mismo.  Ese es el resumen de la ley y el mandamiento más importante (Mt.22,34-40).

  1. ERA CONFIDENTE (Mt.26,26-29).  Jesús se rodeó siempre de sus amigos y a ellos los tuvo en cuenta para revelarle sus más grandes confidencias (no complicidad).  Les reveló el gran misterio y confidencia de la Eucaristía.  Por esta razón es que “la Eucaristía es la gran fiesta de la amistad” donde Jesucristo, el Amigo, se convierte para nosotros en paz, camino y palabra-vida.

  1. DISPONIBLE.  SIEMPRE SE PUEDE CONTAR CON ÉL (Mt.28,20).  El verdadero amigo lo es en toda ocasión.  Jesús mismo nos lo ha prometido, su presencia en medio de nosotros (Mt.18,20) está asegurada por su Palabra y su Espíritu.

  1. CARIÑOSO Y AFECTUOSO (Lc.12, 4).  El cariño y el afecto son características típicamente humanas.  No puede confundirse con la melosidad, sino más bien considerarla como aquella capacidad que tiene el hombre de expresar sus sentimientos de una manera noble y trascendente.  Estos sentimientos de cariño y afecto aseguran la cercanía de Dios al hombre.
  1. DETALLISTA (Lc.18, 15-17).  Jesús comprendía bien el valor de las pequeñas cosas.  Mientras los discípulos alejaban los niños, él fijaba en ellos su mirada siempre dispuesto a sacar de cualquier acontecimiento lo mejor para transmitirnos su enseñanza.  El niño no tenía mucho valor en el pueblo de Israel.  Sólo a partir de los 12 años donde se realizaba el rito de iniciación en la vida adulta (rito de la Birká ha mazón).  La vida está llena de pequeños detalles que hay que cultivar en toda auténtica relación humana.

  1. TRANSFORMANTE (Lc.19,8; Jn.3,1).  La amistad con Jesús llevaba a la conversión, a la transformación hasta el punto que ganaba amigos para el Reino de Dios.  Toda auténtica amistad debe generar un proceso transformador en el otro buscando siempre lo mejor y el crecimiento tanto personal como espiritual.
  1. ESPERANZA CIERTA Y SEGURA (Lc.24,13-35).  En Jesucristo todas nuestras esperanzas se convierten en realidades y certezas.  Su amistad genera la más cierta esperanza de la Resurrección o como dice Martín Valverde:  “la prueba de que existe cielo son los amigos porque en la tierra no nos alcanza el tiempo para compartir y disfrutar de nuestros amigos”.

  1. LUZ (Jn.8,12).  El amigo ha de ser siempre una luz que ilumine las tinieblas.  Una luz brillando en la oscuridad.  Jesucristo es la verdadera luz.  Jesús nos dice que “la lámpara del cuerpo es el ojo y si esa luz se apaga habrá mucha oscuridad”  (Mt.6,22-23).  “Hermano, si tu luz se apaga ¡cuánta oscuridad habrá!”.

  1. CAMINO, FLECHA HACIA DIOS (Jn.14,6).  “El amigo ha de ser siempre esa flecha que nos indica la dirección hacia Dios” (P. Zezinho.  Amistad, quizás sea eso).  El amigo es un compañero de viaje es un caminante.  Antonio Machado lo expresa poéticamente:  “Caminante no hay camino, se hace camino al andar.  Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la huella que nunca se ha de pisar.  Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.  Ya lo expresa también una hermosa canción religiosa:  “Empecemos ya la marcha por las sendas de la vida, no es necesario equipaje, bastan las manos amigas, son hermosos los senderos para andarlos sin temor.  Sólo se llega a buen puerto si se va de dos en dos.  Un hombre estando sólo es dura la vida, dos juntos caminando se avanza mejor”.

  1. PREOCUPADO POR LOS SUYOS (Jn.17,1-26).  Jesús el amigo que nos hace amigos para hacer amigos se preocupa por todos.  Bellamente lo expresa la oración sacerdotal de San Juan donde Cristo pide por sus amigos y por quienes en adelante serán sus amigos.  Nosotros.
Es bueno saber que el amigo es un instrumento en las manos de Dios.  Es un milagro de Dios para los hombres.  El mejor instrumento en las manos del peor músico no saca ninguna melodía, pero el más malo instrumento en las manos del mejor de los músicos, entona las mejores melodías.  Somos instrumentos del amor de Dios en las manos del mejor de los músicos, del mejor de los amigos, Jesucristo, el amigo que nunca falla, podemos permitir que Él toque en nosotros las mejores melodías para la Gloria del Padre.  Que Jesús el amigo que nunca falla nos conceda la gracia de ser amigos como él para ganar a muchos amigos para el Reino de Dios.

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